¿Cómo aprende el cerebro?
Hoy en día comprender cómo aprende el cerebro nos ayuda a imaginar nuevas estrategias de aprendizaje. Los métodos de enseñanza tradicionales están desactualizados y es hora de encontrar alternativas que ayuden a facilitar este proceso. En este artículo, le diremos cómo aprende su cerebro y le daremos algunos consejos para ayudar y facilitar la manera en que aprendemos.
Se sabe que durante el aprendizaje la repetición es un mecanismo natural que se tiene como primer método para tratar de consolidar la información, pero hay que tomar en cuenta ciertos procesos neurológicos que son deficientes y dan como resultado algún trastorno de memoria. Repetir diferentes datos una y otra vez hasta que logremos recordar cierta información no es la mejor manera, en otras palabras, memorizar algo no nos garantiza que lo estemos comprendiendo.
Diferentes estudios científicos han demostrado que factores como la sorpresa, la motivación, la emoción, el movimiento, la novedad o el trabajo en equipo son elementos esenciales que facilitan el aprendizaje y el conocimiento.
Para ayudar a aprender mejor, debemos comenzar a aplicar los descubrimientos sobre cómo aprende nuestro cerebro. Procesar secuencias monótonas de información no nos enseña a enfrentarnos al mundo. No aprendemos al memorizar, sino al experimentar, al involucrarnos y al practicar con nuestras manos por poner un ejemplo. Para aprender es necesario introducir una novedad que logre sacar del letargo a nuestro cerebro. De esa manera, favorecemos no solo la atención sino también la memoria. La información nueva y llamativa se almacena en nuestro cerebro de manera más profunda. Según un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) la actividad cerebral registrada durante una clase, es similar a la hallada viendo la televisión, es decir, prácticamente nula. Con interminables charlas en las que se bombardea a los alumnos con información estamos consiguiendo el efecto contrario al buscado.
Recientemente, el prefijo "neuro-" asociado con diferentes ciencias se ha vuelto cada vez más común. Es la neurociencia la que está jugando un papel cada vez más importante en la explicación de la realidad científica. Comprender cómo funciona el cerebro puede conducir a una mejor comprensión de fenómenos como el que nos ocupa: cómo aprende el cerebro.
La emoción y la cognición están estrechamente relacionadas y el diseño anatómico cerebral es coherente con esta relación. La información que captamos viaja primeramente por el sistema más primitivo y emocional del cerebro. Después, es enviado a la corteza; la parte más analítica y más nueva.
La parte más emocional está conectada con estructuras relacionadas con la supervivencia como la amígdala. Por este motivo, la amígdala está destinada a consolidar un recuerdo de una manera más eficaz. Es importante conseguir llegar a esta parte emocional para que la información permanezca y el aprendizaje sea eficaz.
Aprender a aprender.
Una imagen vale más que mil palabras en el aprendizaje.
En situaciones muy familiares o rutinarias, el cerebro se vuelve perezoso. La clave es utilizar la exploración de la novedad del cerebro humano. Para aprender, el cerebro necesita nuevos estímulos. Una gran idea para la enseñanza es pasar de lo verbal a lo visual. Reemplazar las presentaciones orales teóricas con charlas apoyadas en imágenes, mapas conceptuales, videos y otros materiales audiovisuales puede motivar a los estudiantes y facilitar su participación en el aprendizaje. Ante un nuevo estímulo, se activa toda la corteza cerebral. Es una característica fisiológica que responde a cualquier tipo de estímulo, independientemente de su naturaleza. Esta peculiaridad juega a nuestro favor en el aprendizaje. Y es tan simple como introducir cambios durante nuestro discurso como gestos, expresiones faciales, contacto ocular o cambios en la entonación. Pero no hay nada que active más el cerebro que una imagen nueva o un vídeo entretenido. Si logramos que se active toda la corteza del pensamiento estaremos favoreciendo a un más este proceso y esto poco tiene que ver con la memorización forzosa y está muy relacionado con un aprendizaje eficaz y duradero.
Emocionarse es vital para el aprendizaje.
Seguramente todos grabamos en nuestra mente a ese profesor o profesora que nos marcó para bien o para mal. Por ejemplo, contar historias es una manera magnífica de activar estructuras subcorticales y aprender mejor.
El aprendizaje cooperativo resulta de gran utilidad en el desarrollo de habilidades sociales, sentimientos de autoeficacia, favorecimiento de la empatía y la habilidad de escucha entre otras.
La información interactiva que tienen las tecnologías favorecen que la atención no decaiga. El material audiovisual que manejan también favorece el almacenamiento de la información.
Jugar o practicar deporte también es aprender.
La actividad física favorece que los músculos segreguen una proteína que al llegar al cerebro favorece la plasticidad neuronal. Esta plasticidad se traduce en un aumento del número de conexiones neuronales y sinapsis.
Supone un error dejar a un lado las actividades deportivas, porque estas favorecen el aprendizaje y la memorización.
El cerebro aprende a través del contacto con la naturaleza.
Si nos fijamos en cómo aprendemos el cerebro, la naturaleza es un entorno perfecto de aprendizaje, especialmente en edades tempranas. En el mundo de la naturaleza podemos encontrar infinidad de estímulos con distintas formas, colores, movimiento, profundidad.
Esta diversidad de características sumadas a lo beneficioso de hacer vida al aire libre favorecen el aprendizaje eficiente. De esta manera, lograríamos los mejores resultados en la enseñanza al menor costo posible.
Un buen descanso es fundamental en el aprendizaje.
En buenas ocasiones pasamos por alta la importancia de una alimentación para el cerebro (el cerebro necesita vitaminas), o un buen descanso en el aprendizaje. El descanso está íntimamente relacionado con procesos implicados en el aprendizaje tan importante como la memoria, la atención y la motivación.
Datos curiosos.
¿Sabías que las neuronas que no se utilicen morirán? El cuerpo, que es muy sabio, entiende que si no se utilizan es porque no sirven en el entorno en el que vivimos.
Esta razón es por la que se aprende con mayor eficacia los idiomas en los primeros años de vida, porque las neuronas responsables de la adquisición lingüística están totalmente receptivas al aprendizaje.
El estrés disminuye el tamaño del cerebro.
El cerebro no siente dolor, ya que no cuenta con terminaciones nerviosas.
Es mucho más activo y creativo en las noches mientras dormimos.
Consume el 20% de nuestra energía.
Referencias
1. ¿Cómo aprende nuestro cerebro?.https://www.ilerna.es/blog/aprende-con-ilerna-online/sanidad/como-aprende-nuestro-cerebro/ Accedido 2023-03-26
2. Cómo aprende el cerebro: Factores que favorecen el aprendizaje.https://blog.cognifit.com/es/como-aprende-el-cerebro-neuroeducacion/ Accedido 2023-03-26
3. La repetición sí sirve para aprender.https://elpais.com/sociedad/2010/02/08/actualidad/1265583612_850215.html Accedido 2023-03-26
4. Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo ISSN: 1989-4155.https://www.eumed.net/rev/atlante/2019/07/cerebro-aprendizaje.html Accedido 2023-03-26
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